Este fin de semana, el próximo 9 de Marzo de 2013 voy a nadar 12 horas continuas en el rio contracorriente de las Estacas, Morelos. El reto sabe a victoria después de analizar las palabras de Gerardo, ya que estoy convencido de que entraré en el agua con la frente en alto y así mismo saldré. Lo único que tengo que hacer es dar una sola brazada, la cual quedó en el pasado y lo único que me queda es vivir mi presente, mí hoy, mí ahora. Contabilizar las brazadas es inútil, así como las vueltas, las veces que sales a respirar, las cosas que piensas, la gente que recuerdas, etc., la verdad es que siempre llevo a mi familia conmigo. Mis hijos y mi esposa en primer término, quienes son el respaldo y trasfondo de mi fuerza interna. Mis padres que me han inculcado que la fortaleza de todo ser humano yace no en las palabras sino en cómo pones acciones a tus palabras. Mi hermano que me enseñó tantas cosas como figura mayor, y nunca olvidaré que él fue quien me sacó adelante muchas veces cuando era pequeño. Y por supuesto los niños de Una Nueva Esperanza. No dejo de decirme una y otra vez la misma frase: “Si ellos pueden tener la fuerza de levantarse cada día a pelear arduamente contra su más cruento enemigo, lo mínimo que puedo hacer es lograr este reto”. Es admirable como siendo niños en su mirada tienen más sabiduría de la vida que el resto de nosotros. La gran diferencia está en que ellos la valoran y nosotros muchas veces no. También es de reconocer la gran labor de los papás que están dispuestos a dar su mejor cara, día con día, pase lo que pase, sea bueno o sea malo. Para mí, ellos son los verdaderos héroes.
En fin, después de tanta reflexión debo decir que no me queda más que disfrutar este reto que tiene sus fundamentos en mi corazón altruista pero que toma fuerza en mis orígenes tanto con mis padres y hermano como lo que vivo día con día con mi esposa y mis hijos. Sin ellos yo no sería nada y nada sería yo sin ellos.
¡Vamos por esto y más amigos! Que mi esfuerzo no sea en vano, que la chispa de ayudar se encienda en todos los corazones mexicanos que están dispuestos a ser héroes. Ahora lo entiendo sí lo hago por mí. Lo hago para saber que el día de mañana, cuando ya no esté yo, me quedará la satisfacción de haber trascendido de la manera más pura que existe, que es ayudar e inspirar a que otros ayuden. ¡Vamos por esas 12 horas!